Cuando escuchamos la palabra sexualidad, inevitablemente para la mayoría de las personas, la imagen mental que se conforma es la del acto sexual y desde una visión bastante genitalizada.
Desgraciadamente, para el colectivo occidental en general, se nos ha educado con muchas carencias acerca del tema. Existe falta de información y muchos introyectos, paradigmas mentales y tabúes relacionados con el tema, que han generado una connotación desvirtuada del sexo. Convirtiéndolo en algo inmoral, sucio y hasta pecaminoso por un lado; o por el otro lado se ha convertido en un acto únicamente instintivo y biológico, otorgándole un uso limitado y escaso como es: procrear, descargar la tensión del cuerpo, y/o la búsqueda de placer. Cualquiera de estas dos visiones son parciales, incompletas y engañosas, que solamente han generando confusión, culpa y sufrimiento.
Cuando mencionas la palabra sexualidad en alguna conversación cotidiana, la principal reacción de las personas es de sonrojarse, ponerse nervioso o tomar alguna postura intentando indicar que “soy de mente abierta y podemos hablar sin problema”, pero no de manera natural. Es difícil encontrar una actitud totalmente naturalizada acogedora, sin que exista una picardía morbosa detrás o vergüenza.
Esta es la verdad actual en la mayoría de personas que crecimos en occidente. Para muchos nuestra educación ha sido basada en tabúes que las religiones han implantado, como algo que no debe ni verse, ni hablarse. Por otro lado el bombardeo de la pornografía, ha servido de guía en el aprendizaje sexual de la mayoría de los jóvenes, dejando una expectativa irreal de lo que realmente es el sexo en sí mismo y la sexualidad.
Cuando la sexualidad es polarizada en alguno de estos extremos, podemos decir que es una sexualidad en desequilibrio, incompleta y castrante. Tanto si es reprimida, como si es abierta llevada al libertinaje sin responsabilidad, podemos observar carencias que intentan llenar un vacío. Siguiendo estos parámetros es imposible acceder a una sexualidad sana, plena y mucho menos que nos potencie y conduzca en un camino de crecimiento y autorealización.
Cuando hablamos de sexualidad consciente e integrativa, nos referimos a aquella que es percibida y usada como energía creativa, no sólo limitada a una relación de dos personas. Es una herramienta que nos sirve para el autoconocimiento y autorrealización. Tiene un abordaje amplio que unifica el plano afectivo, cognitivo, conductual y fisiológico, también integrando la dimensión espiritual.

La sexualidad como una fuente de energía podrá llenar carencias y equilibrar las polaridades en desequilibrio, llevándonos a un punto óptimo comprendiendo porque se ha negado y condenado el sexo, o se ha llevado al libertinaje extremo en búsqueda de saciar la insatisfacción.
La forma en que haces el Amor es la forma en que Dios estará contigo. Rumi.
Para entender la sexualidad desde lo que realmente es y dándole el valor que corresponde, presento 3 conceptos:
El primer concepto,observar la sexualidad como una energía de vida, la fuerza creativa de todo el universo. No está limitado únicamente a ser experimentada y expresada en una relación de pareja.
La energía sexual se encuentra dentro de cada ser humano y no se limita a la satisfacción del deseo corporal, la procreación y/o el placer, sino que es el impulso vital creativo. Es una energía latente que nos impulsa a desear ser, crecer, crear y realizarnos. Nos impulsa a desear y nos invita a crear dentro de toda la existencia y la vida, implicada en el crecimiento y desarrollo humano en todos sus aspectos.

Es una energía que se encuentra no solo en los seres humanos, sino está inherente en toda la existencia. Toda creación que da lugar a la vida, se obtiene en la fusión y equilibrio de dos energías complementarias, la energía femenina (contenedora) y la energía masculina (dadora) en un acto sexual. Y siempre con la unión de estas dos polaridades se conforma la creación en este mundo. Observarla como algo más grande y sublime, y no limitada a la expresión de un acto físico.
El segundo concepto acerca de la sexualidad, poniendo el enfoque en el acto físico en sí. La unión física de una pareja, podríamos entenderla como una sexualidad integrativa, que afecta y se expresa en el cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu.
La función del acto sexual no abarca únicamente la procreación de una nueva vida y la búsqueda de placer, abarca otras funciones tales como la comunicación, satisfacción, intimidad, creatividad y trascendencia.

Aprendiendo a practicar la sexualidad de una manera mucho más completa y holística, podremos sanar bloqueos emocionales y trastornos sexuales, relacionados.
Poner en el lugar que corresponde al acto sexual y a nosotros mismos como seres puramente sexuales, nos permitirá comenzar a experimentarnos como tales, dándonos espacio para vivirla desde una nueva dimensión y beneficiándonos.
Todos nosotros somos el resultado de la unión de un óvulo femenino y un esperma masculino, de la unión de dos personas, nuestro padre y nuestra madre que en un acto sexual nos gestaron. Podemos decir que somos seres de origen sexual, crear vida es el acto más divino que puede realizar cualquier ser.
…»La salud psíquica depende de la potencia orgásmica, es decir, del grado en que uno puede rendirse y experimentar el clímax de la excitación en el acto sexual natural. Se basa en la actitud de carácter saludable de la capacidad de amor del individuo»… Wilhelm Reich
El tercer concepto hacer consciencia que la energía creadora es una de las energías más poderosas presentes en el cuerpo del ser humano, y es posible liberar este recurso infinito para generar una nueva dimensión de salud, longevidad, poder y realización en nuestra vida. Ponerla a nuestro servicio con sabiduría puede otorgarnos conectar con nuestro placer, llenarnos de salud, activar nuestra conciencia y llevarnos a estados elevados de éxtasis en conexión con la propia esencia.

El sexo es energía pura. Debe ser transformado y, a través de esta transformación, llegará la trascendencia. Osho
Aprender a trabajar con la sexualidad consciente en pareja y/o individualmente permitirá:
- Sanar heridas sexuales y eliminar esos paradigmas e introyectos heredados que no son genuinos en nosotros.
- Sanar la energía bloqueada o estancada en el cuerpo, que van creando corazas, bloqueos físicos y emocionales.
- Escuchas tus deseos y necesidades reales.
- Equilibrar y armonizar dentro ti las polaridades existentes (masculina/femenina; impulso tierno/impulso agresivo; yin/yang).
- Mejorar las patologías físicas sexuales que son consecuencia de los desequilibrios energéticos.
- Mejorarás la relación con tu propia sexualidad y la relación que tienes con el placer y el autoamor.
- Mejorarás tus relaciones sexuales, llenándolas de mayor placer, dicha y éxtasis, generando mayor intimidad con tu pareja y aprendiendo a conocerse mejor.
- Podrás usar conscientemente tu energía creadora y ponerla a tu servicio unificando con la conciencia y especialmente con el corazón, permitirá ir creando la vida que realmente viniste y deseas vivir, empoderándote y nutriendote de ganas de vivir.
- Como consecuencia, los vínculos tanto de pareja como también las demás relaciones interpersonales, amigos, familia, laborales etc., serán vividas con mayor equilibrio, desde la integración desde el amor, la conciencia y una sexualidad creativa más elevada.
Art: Sahara Maq / Les esprits libres
