Wilhelm Reich médico, psiquiatra y psicoanalista austriaco, descubrió que cortar la fluidez de las experiencias o inhibirlas, crean “las corazas musculares”, constituyendo bloqueos musculares que van ligados a una coraza de carácter.
Las emociones se expresan en el cuerpo, se experimentan con reacciones en el sistema nervioso y muscular. Claramente se observa esto en las expresiones faciales de cada emoción, lo que igualmente ocurre en el resto del cuerpo.

Cuando la emoción es interrumpida y no se manifesta, no fluye hacia el exterior sino por el contrario se fuerza al cuerpo a contracciones, tensiones o relajaciones contrarias a la expresión correspondiente a cada estado emocional, se puede cronificar hasta ir construyendo las corazas físicas. Estas corazas van conformando a su vez cierta estructura corporal: forma de caminar, forma de respirar, forma de movernos etc…
Función de la coraza
Pero claro, estas reacciones las hemos aprendido y las hemos sostenido para defendernos del mundo; de situaciones que consideramos peligrosas y amenazantes; o en búsqueda de amor y aprobación; y para poder funcionar en el mundo. Expresándose al unísono la coraza de carácter que es, en otras palabras, la forma de ser, personalidad y manera de relacionarnos.
Esto lo aprendemos desde niños, según las interrelaciones que hemos tenido y las experiencias emocionales. Siempre actuamos de diferentes maneras por un motivo. Pero no siempre lo aprendemos hacer de la manera más sana y en este proceso de movernos con nuestro propio carácter y nuestra propia percepción de mundo, creamos síntomas que nos limitan y muchas veces no nos permiten estar en el bienestar que deseamos.
Desde la infancia creamos estrategias, para gestionar nuestros impulsos y emociones, conteniendo la ira o el llanto, no mostrando el miedo, y hasta no expresando el placer y la excitación. Construimos corazas para poder funcionar a las normas y mandatos sociales, culturales y familiares.
Mandatos y normas que hacemos nuestros con introyectos como son:“las niñas buenas no hablan fuerte”, “un niño educado se queda quieto”, “los niños no lloran”, “las mujeres respetables no se sientan con las piernas abiertas” etc. También los gestos de desaprobación son introyectos implícitos que sancionan y limitan la expresión, como cuando, los adultos con una mirada de regaño le lanza a un niño que está saltando en expresión de sus emociones, los silencios tensos en escenas de sexo en el tv, etc.
Así aprendemos a inhibir nuestra expresión, a hablar pero poco, a movernos pero poco, a sentir pero poco, a respirar pero poco, hasta convertir ese poco en la expresiones mínimas para sobrevivir y a su paso nuestro cuerpo y nuestras emociones, en prevención, se va contrayendo y rigidizando; y nuestras emociones se van anestesiando.
Reich mostró cómo una coraza física tiene una correspondiente coraza caracterológica.
Las corazas se expresan en diversas formas como la forma de movernos, de hablar, la expresiones faciales, etc. Según el carácter y personalidad también el bloqueo, expresión corporal y forma de relacionarnos.

La rigidez del cuerpo puede tener que ver con la forma de percibir la vida estructuradamente o como la contención de la ira rigidiza las zona de la nuca, el cuello y las escápulas, las mandíbula en contracción puede ser causa de la inhibición del llanto y la rabia. Aunque no se puede considerar matemáticas la relación entre efecto físico y psiquis, como por ejemplo: dolor pie derecho es miedo a avanzar, hombros tensionados es estrés y sentimiento de demasiada carga. Se deberá tener en cuenta mucho más, como la historia de la persona y la psiquis particular de cada individuo.
Por qué desbloquear, ablandar, fundir o flexibilizar la coraza
La coraza tiene su función que es, protegernos del dolor de situaciones que percibimos como amenazantes, o encajar y funcionar en nuestro medio, como antes explicaba. Por lo cual el trabajo con ella no es eliminarla, ni intentar cambiar a nadie, sino comprender haciendo un proceso de conocimiento en el rasgo de carácter para entender la relación con los síntomas, la forma particular de percibir el mundo y las experiencias emocionales. Posteriormente decidir qué desea modifica en sí mismo para mejorar la propia experiencia en la vida.

Por otro lado el desbloqueo de corazas, a forma de derretir o flexibilizarla, ayudará a restablecer el equilibrio físico y emocional. Dejando surgir emociones estancadas o que no fueron capaces de fluir es su día, ahora pueden emerger y ser sostenidas desde otra perspectiva y acompañamiento. Igualmente que sensibilizar zonas anestesiadas para ser capaces de sentir, sostener y conectar con emociones más expansivas como el placer.
Podrá ser activada cuando haga falta y prescindir de ella cuando no sea necesario. Ya que a la guerra no se va en bikini, pero para ir a dormir tampoco es necesaria tenerla puesta.
Desbloquearla, flexibilizarla o ablandarla permitirá también restablece el flujo de energía por todo el cuerpo, lo que lleva a sentirnos más conectados con nosotros mismos y con la vida, llevándonos a experimentarnos más auténticos.
Recomendaciones para gestionar las corazas
- Escucha más tus emociones e intenta siempre expresarlas de una manera saludable. Trata de identificar cuales inhibes de manera casi inconsciente por miedo, vergüenza, culpa, etc.
- Tus necesidades deben ser escuchadas y la escucha previa de tus emociones te darán un indicativo sobre qué necesitas. Nunca dudes en tratar de solventarlas.
- Aprende a pedir lo que quieres y necesitas; y de la misma manera a poner límites, sin miedo a decir no.
- Da lugar a espacios donde puedas dejar salir tus emociones, como cantar, bailar y mover tu cuerpo de manera libre.
- Conecta con tu respiración y practica ejercicios de respiración de manera consciente
- Puedes buscar un facilitador o terapeuta corporal que te guíe con ejercicios de desbloqueo corporal y masajes específicos, así te sentirás menos acorazado, liberarás emociones y fluirás más libremente.
- Arte digital portada: gregoire-meyer6
